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Insomnio y dolor cervical: cómo romper el círculo

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No siempre los relacionamos, pero los problemas para dormir y los dolores de espalda se retroalimentan. En el caso de las cervicales, centrarse en mejorar el sueño podría ser una eficaz estrategia contra el dolor.

Insomnio y dolor de espalda van a menudo de la mano.

No es raro que quien duerma mal sufra dolores de espalda. Ni tampoco que quien sufre dolores de espalda sienta que estos le impiden dormir bien y acabe pagándolo con insomnio.

A veces uno puede incluso olvidar qué empezó primero. Evidentemente, si estamos molestos porque algo nos duele, es probable que nos cueste conciliar el sueño y descansar bien. Aliviando el dolor, seguramente dormiremos mejor.

Pero podemos hacernos una pregunta pensando a la inversa: ¿centrarnos en el problema del insomnio nos ayudará a calmar el dolor de espalda?

Expertos en dolor de espalda se hicieron esa pregunta y estudiaron la relación entre calidad de sueño y dolor de espalda en 883 pacientes con dolencias cervicales o lumbares. La respuesta fue que sí, en el caso del dolor cervical.

Mejorar el insomnio podría aliviar el dolor cervical

Los investigadores, pertenecientes a la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE), de la Fundación Kovacs, hicieron un seguimiento a los pacientes durante 3 meses.

En total había 423 participantes que sufrían de las cervicales y 461 con problemas de lumbalgia. Durante el estudio, siguieron diferentes tratamientos para aliviar el dolor y fueron interrogados, mediante cuestionario, sobre cómo dormían y si consideraban que dormían bien.

Se comprobó que la proporción de personas con problemas para dormir era similar en ambos grupos, unas 6 de cada 10. Sin embargo, la calidad de sueño permitió a los investigadores predecir la evolución del dolor cervical (aunque no el lumbar).

Por ello sugieren que esforzarse por mejorar los problemas de sueño podría ser una buena estrategia para aliviar el dolor en la zona del cuello, independientemente de otros tratamientos que se estén siguiendo contra el dolor.

Esto podría explicarse por el efecto que la falta de sueño podría tener sobre la percepción del dolor o sobre los grupos musculares que afectan a esta zona, que podrían ser más vulnerables a las contracturas.

Cuida de tus cervicales desde la cama

No se trata, evidentemente, de hacer reposo sino de asegurarse un buen descanso nocturno. Un sueño reparador aumenta la regeneración de los tejidos, favorece la relajación muscular y nos hace estar más positivos, todo lo cual podría ayudar frente al dolor.

Por tanto, si tienes tendencia a sufrir de las cervicales, pregúntate si duermes bien y, si no es así, no olvides tener en cuenta este aspecto a la hora de pensar qué vas a hacer para mejorar ese dolor. Estas son algunas medidas que ayudan a combatir el insomnio y mejorar la calidad del sueño.

  • Vete a dormir con el cuerpo cansado, pero no demasiado: haz ejercicio por la mañana o por la tarde, pero no por la noche antes de acostarte. El ejercicio mejora a medio plazo la calidad del sueño y la capacidad de descanso. Ejerce un efecto ansiolítico y antidepresivo. Asegúrate de elegir un ejercicio de bajo impacto, respetuoso con tus cervicales.
  • Cena ligero y temprano: si te vas con el estómago lleno, te será difícil alcanzar un sueño profundo. Lo que cenes también te afectará. No se trata solo de evitar los excitantes y las comidas muy pesadas. Las frutas cocidas, por ejemplo, son más relajantes y fáciles de digerir que las crudas. Compotas, peras, membrillos y plátanos cocidos o al horno son útiles para personas nerviosas e idóneas para tomar por la tarde o por la noche.
  • Date una ducha tibia antes de acostarte: te ayudará a relajarte y descargar tensiones. Si optas por la bañera, añade un poquito de sal o unas gotas de aceite esencial de lavanda para potenciar el efecto relajante del agua.
  • A última hora aprovecha para relajarte: estamos rodeados de estímulos que nos activan mentalmente. A última hora del día, evita actividades que te exijan un gran esfuerzo mental o que puedan alimentar tu preocupación.

Fuente: http://www.cuerpomente.com