Se aconseja acudir a un médico especialista directamente para que el paciente no tenga que ir de consulta en consulta, de médico de cabecera a neurólogo. En estas Unidades se realiza un buen diagnóstico, un mejor tratamiento y así mejorar calidad de vida de cada paciente.
El dolor es un síntoma tan viejo como la humanidad. Desde el comienzo de la medicina, se han buscado remedios para luchar contra él y facilitar la vida del ser humano. El dolor más común que ha sufrido el hombre es el dolor de cabeza o cefalea . Existen escritos sumerios que datan del año 3000 a.C., aproximadamente, que hablan de un dolor de cabeza mórbido y cegador .
También hay alusiones a la cefalea en la cultura egipcia, exactamente en el papiro de Ebers , uno de los tratados de medicina y farmacopea más antiguos, donde se explican las prácticas médicas del Antiguo Egipto (2778-2263 a.C.), descubierto en 1862, entre los restos de una momia en Luxor por el estadounidense y coleccionista de antigüedades Edwin Smith. En él, el egipcio que sufría dolor de cabeza, la describía como «vasos de mi sien que pulsan mi cabeza» o bien «No me apetece nada comer, estoy enfermo de la cabeza, estoy enfermo del cuerpo».
La mitad de la población ha sufrido, en algún momento de su vida, dolor de cabeza, uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso. Existen diferentes tipos de dolor de cabeza, los más comunes son la cefalea tensiona l y la migraña, también llamada jaqueca .
El dolor de cabeza se puede decir que es una manifestación clínica de algún trastorno que no tiene por qué ser neurológico
El dolor de cabeza en sí no es una enfermedad, es un síntoma que puede venir como consecuencia de un resfriado, gripe, depresión, ansiedad, incluso una contractura muscular. Así pues, el dolor de cabeza se puede decir que es una manifestación clínica de algún trastorno que no tiene por qué ser neurológico.
La migraña, sin embargo, sí es una enfermedad, «suele ser una cefalea hemicránea, pulsátil, catalogada muchas veces como moderada o intensa y que con cualquier actividad normal como caminar o subir una escalera, empeora», explica el doctor Jaime Rodríguez Vico, especialista del Servicio de Neurología, coordinador de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y autor del Cefablog . El paciente en estos casos prefiere estar tumbado, en reposo y en una habitación con poca luz.
Pero ¿cómo diferenciar un dolor de cabeza de una migraña? La cefalea tradicional, la persona que la sufre, siente una presión generalizada alrededor de la cabeza. La migraña sin embargo, empieza como un dolor de cabeza «normal» que continúa como palpitaciones de dolor punzantes que van y vienen, localizándose, normalmente en un lado de la cabeza, detrás de los ojos.
Los pinchazos de dolor son tan fuertes, que impide a la persona que la padece, continuar con su vida normal mientras dura el episodio. También se suele asociar la migraña con nauseas y vómitos además de fotofobia, es decir molesta la luz y, a veces, los sonidos y los olores.
La migraña es una enfermedad crónica , no tiene cura, de momento y es genética. La mayoría de las personas que la padecen tienen antecedentes familiares (padres o hermanos) aunque cada individuo la tiene de una manera muy « personalizada ». Los síntomas de una cefalea migrañosa varían en cada persona.
Hay quien siente vértigos, otros se marean o incluso llegan a perder el conocimiento. Otros, por ejemplo tienen una cosa que nosotros llamamos síntomas trigémino autonómico asociados y que les hace confundir con las cefaleas en racimos: «se les ponen los ojos rojos, les lloran y se les hincha la cara, por eso es importante acudir a las Unidades de cefaleas y saber diferenciarlas», añade el doctor Rodríguez Vico.
El nervio trigémino es el responsable de transmitir desde la cara, la mandíbula, las encías, la frente y alrededor de los ojos, los impulsos nerviosos del tacto, del dolor, de la presión y la temperatura al cerebro. La alteración de este nervio suele estar provocada por problemas vasculares o de compresión de los vasos sanguíneos. Además está relacionado con los estrógenos.
«Este nervio es el que vehiculiza el dolor de la cara, y como no, de las meninges, donde se produce la cefalea migrañosa. Cuando caen los estrógenos en la regla de las mujeres, se produce tal cambio a nivel de este nervio que una persona con genes susceptibles, le hace más propensa a tener cefaleas migrañosas», puntualiza el especialista.
El proceso migrañoso afecta a todo el cerebro, y por lo tanto a todos los sentidos. Haciéndonos más sensibles a los cambios que se producen tanto el exterior y que percibimos a través del tacto, gusto, olor, visión, sonido, equilibrio, gusto; como a los cambios dentro de nuestro organismo: cambios hormonales, alteraciones del sueño, estados de ánimo, por citar alguno y que pueden llegar a afectar a la memoria, el lenguaje, incluso a la conducta cuando se presenta una crisis. La incapacidad que produce la migraña en aquellas personas que la padecen, es terrible, de ahí la importancia de diagnosticarla correctamente y tratarla adecuadamente según cada caso.
El especialista aconseja acudir a un médico especialista directamente en estas Unidades se realiza un buen diagnóstico , un mejor tratamiento y así mejorar calidad de vida de cada paciente.
Fuente: ABC
